Un movimiento es rectilíneo cuando recorre una trayectoria recta y uniforme cuando su velocidad es constante.
La velocidad es constante cuando se recorren distancias iguales en tiempos iguales y se mantiene la misma dirección y sentido del movimiento. Esto significa que su aceleración es nula.
Para una mejor comprensión, veamos el ejemplo de un ciclista:
En la tabla anterior se le ha medido al ciclista la distancia recorrida y el tiempo empleado en recorrerla. Se calcula la rapidez (magnitud de la velocidad) en cada tramo recorrido y se observa que ésta no varía, es decir, es constante.