Los flamencos se alimentan de crustáceos, moluscos, peces pequeños, insectos acuáticos, varios tipos de algas que se encuentran en el agua, e incluso diatomeas (algas unicelulares microscópicas).

Los flamencos son aves filtradoras, esto significa que toman el agua junto con los alimentos, los cuales se filtran y luego el exceso de agua es expulsada. Para conseguir los alimentos, los flamencos introducen la cabeza en el agua y la desplazan hacia atrás en posición invertida. De esta manera, toman grandes bocanadas de agua con pequeños animales y plantas acuáticas, y aprietan su lengua grande y carnosa contra el pico, filtrando el agua a través de pequeñas láminas llamadas lamelas ubicadas en el borde del pico, tragando luego el alimento filtrado.

El color rosa luminoso del plumaje de los flamencos se debe a la gran cantidad de pigmentos carotenos que poseen las algas que consumen. Un flamenco que se alimenta bien y es saludable es de color rosa luminoso; el flamenco más rosado es el más deseable como compañero. Un flamenco blanco o pálido está generalmente enfermo o sufrido de falta de alimento; solamente las crías de flamenco son de color blanco o gris.


Los flamencos son aves muy sociables, que viven en colonias de hasta 150 individuos. Habitan en zonas de agua salina, salobre o alcalina, de donde obtienen su alimento. A veces los lagos donde viven se secan, lo que los obliga a emigrar hacia otras zonas en busca de comida. Viajan de noche en bandadas y mientras vuelan van graznando.